Un nuevo volumen engrosa los anales bibliográficos, destinados al estudio e interpretación del patrimonio pianístico cubano, tras su presentación en el contexto del 4to. Encuentro de Jóvenes Pianistas, que avanza en La Habana hasta el 26 de junio.
Música de salón en Santiago de Cuba. Danzas para piano, con revisión, estudio y transcripción de Franchesca Perdigón, da título a la novedad que repercute al presentar un material en su totalidad desconocido para el ámbito de intérpretes y musicólogos.
Así lo señaló a CMBF Radio Musical Nacional, la doctora Miriam Escudero, directora del Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas, que presentó el texto.
«La novedad es que vamos a tener un repertorio inédito para piano, que antes no se escucharon o trabajaron y que tienen, en su propia estructura, mucho de los ritmos típicos de la música bailable de salón, que estos compositores practicaban y luego daban a conocer al gran público a través de los bailes», dijo la también musicóloga.
Destacó «la búsqueda minuciosa de Franchesca Perdigón, en los fondos Pablo Hernández Balaguer de la biblioteca Elvira Cape, en esa ciudad oriental, y del músico español José Ildefonso Tamayo, en el archivo de la Real Academia de Bellas Artes San Fernando, en Madrid.
«Fueron los músicos santiagueros amigos de aquel español, Maestro de Capilla en la Catedral de la ciudad, quien a su regreso se llevó parte de esas partituras y la Academia ha tenido a bien permitirnos el acceso a las mismas».
«Franchesca Perdigón hace todo un análisis de las mismas y nos ubica en los pocos datos biográficos que a veces tenemos, resultando un estudio previo imprescindible para entender después ese repertorio», comentó además Miriam Escudero.
El libro avanza a lo largo de sus más de doscientas páginas entre los análisis de la autora en torno los espacios de creacion y difusión del género en esa urbe, así como particularidades de las obras y sus creadores.
En ese estudio contextualizado destaca un valioso apartado referido a la edición de las obras y los criterios de transcripción seguidos, antes de dar paso a las partituras recogidas con todas sus particularidades.
Es este el cuarto volumen de la Colección Patrimonio Musical Cubano, dedicado a la preservación, estudio y difusion de esos documentos que, coordinado por Miriam Escudero y María Antonia Virgili, forma parte de los proyectos editoriales de Centro de Investigación y Desarrollo de la Música en Cuba, CIDMUC.